Río Grande (Andalucía)
2 y 3 de Septiembre, 2011
Queridos lectores!
Ya os relaté nuestro encuentro con los maravillosos abejeros europeos que nos encontramos en Río Grande. Ahora quiero hablaros de todos sus otros habitantes, muchos de ellos de paso en su ruta a África.
El Río Grande es un afluente ...
... del Guadalhorce y rodeado de esos bellos paisajes:
Por fortuna una densa vegetación protege gran parte de sus orillas y así las tímidas cigüeñas negras encuentran un oasis donde no se les molesta:
Mucho menos tímidos esas garcetas comunes que llegan al río junto al puente a primeras horas de la mañana y ...
... dan la impresión de estarse peleando en esta reunión matutina por los mejores sitios del río porque ...
... media hora más tarde se reparten a lo largo del río, cada cual con una distancia prudente al próximo colega! 
Los moritos por contrario ...
... son muy sociables ...
... y andan siempre juntos:
"Se me ponen los pelos de punta al pensar que tendría que vivir solo!"
En las pocas profundas y claras aguas del río han encontrado su sitio esta agachadiza, al igual ....
... que algunos andarrios comunes y ...
... y muchos chorlitejos chicos. Aquí uno júvenil:
Los martines pescadores sobrevuelan el río a todo mil, defendiendo con bastante mal genio sus posaderos:
"Dios mío, que coloridos tan bonitos tienen!", piensa el papamoscas gris un poco triste y tal vez también un poco celoso:
Hay muchas garzas reales y tuvimos además ...
... la gran suerte poder admirar a esta garza imperial en vuelo:
Un acontecimiento para mi excepcional fue un grupo de garcillas cangrejeras, cazando en el margen opuesto del río. Casi flipamos dentro del coche. Pero os podais imaginar nuestra sorpresa y alegría cuando algunos de ellos cambiaron la orilla y se posaron justamente delante de nuestro coche?
Durante largo rato nos hicieron una demonstración maravillosa de su hábil técnica de caza y ...
... coronado con éxito:
Nunca antes había podido observar a las cangrejeras tan de cerca. Al principio casi ni respirábamos del susto de espantarlos. Pero no, el coche no les causaba ningún miedo y pasamos unos momentos absolutamente inolvidables!!! Es increíble: uno sale a pasear sin buscar nada en especial y la naturaleza le regala estas escenas. He podido hacer tantas fotos de estas bellas aves que les dedicaré un capítulo aparte en los próximos días. 
Saludos cordiales
Birgit Kremer